La mayoría de nosotros, por no decir todos, conocemos el orégano en el ámbito culinario. Pero, ¿cuántos habéis escuchado hablar del orégano como antibiótico natural? Hoy en ecologízate, queremos hablaros de las increíbles propiedades y usos que el aceite de orégano nos brinda, y no es algo nuevo. Aunque no lo creáis el aceite de orégano se lleva utilizando para nuestro beneficio desde tiempos muy remotos.
El orégano (Origanum vulgare) es una especie de la familia Lamiaceae, originaria del oeste y suroeste de Euroasia y la zona del mediterráneo. Se cree que uno de los mejores oréganos proviene de Grecia. Dado sus condiciones climáticas, este posee más sabor e intensidad siendo a su vez más potente.
En el ámbito culinario, el orégano es muy usado en las cocinas española, griega e italiana. Se utiliza para aderezar y potenciar el sabor de muchas comidas. Aunque la gran mayoría de nosotros lo consume, no todos saben los beneficios de esta planta. Hoy no os vamos a hablar del orégano en sí, sino más bien del aceite esencial de orégano y sus increíbles propiedades.
Los antiguos griegos y romanos tenían mucho aprecio por este antibiótico natural, y se beneficiaban de sus increíbles propiedades. Sin ir más lejos se cree que el nombre proviene del griego Oros que viene siendo montaña y Ganos que significaba alegría, belleza o brillo.
Hipócrates utilizaba el orégano como antiséptico natural, lo usaba como cura para problemas estomacales y respiratorios. Este intelectual está clasificado como una de las figuras más destacadas en la historia de la medicina y considerado como el padre de la medicina actual, aunque por desgracia no tengan muchas similitudes una con la otra.
Propiedades del aceite de orégano
El aceite de orégano tiene una gran cantidad de compuestos beneficiosos para nuestra salud. Estas sustancias contienen propiedades tan importantes como antioxidante, debido a un alto contenido en ácidos fenólicos y flavonoides, antiséptico, antimicrobiano, fungicida, antiviral, antiparasitario, analgésico, antiinflamatorio y antibiótico.
Aunque son muchos, los componentes a resaltar en este aceite son el carvacrol y el timol.
Carvacrol es un fenol que combate el crecimiento de muchas bacterias, como por ejemplo Escherichia coli. Por esta razón se utiliza también como adictivo alimenticio y es el responsable del olor tan potente del orégano.
Timol pertenece al grupo de los terpenos y se caracteriza por su poder desinfectante y fungicida. Esto lo convierte en un gran aliado para eliminar o mantener a raya la Candida albicans.
El aceite de orégano es rico en vitaminas A, B, C y E, por ello refuerza el sistema inmunológico. A su vez contiene minerales esenciales tales como magnesio, potasio, calcio y zinc.
Resaltar que las concentraciones de los compuestos que forman este aceite pueden variar ampliamente dependiendo de la región geográfica. Así que no todos los aceites de orégano son iguales.
Usos del aceite de orégano
El carvacrol tiene poder antioxidante con efectos anticancerígenos y retrasa el envejecimiento.
Todo esto, lo convierte en un gran aliado para problemas respiratorios, así como gripes, catarros, congestión nasal, alivio de la tos, etc. Nos podemos beneficiar de ello añadiendo unas gotas a nuestro difusor de aromaterapia, o bien por medio de vahos. Si lo usamos en un difusor también es un buen repelente de mosquitos.
Gracias a su poder antibacteriano, el aceite de orégano es de gran ayuda a la hora de combatir bacterias como E.coli y Salmonella. A causa del timol, que es antifúngico, será una pesadilla para hongos como la cándida. Por ello, se utiliza para la eliminación de cualquier problema derivado de hongos, como la candidiasis intestinal, hongos en las uñas de los pies o caspa.
El aceite de orégano aumenta la actividad de la dopamina y serotonina, que son neurotransmisores relacionados directamente con el estado de ánimo.
Al tener efecto antiinflamatorio y analgésico, sirve para problemas musculares, de articulaciones, torceduras, dolor de muelas y hasta dolores menstruales. También nos ayuda a eliminar granos, verrugas, herpes o picaduras. Siendo un gran aliado para nuestra piel.
Gracias a su acción antiparasitaria evita que se desarrollen parásitos intestinales.
Como usarlo y precauciones
El aceite de orégano se puede usar de varias maneras dependiendo de para que lo necesitemos.
Si lo usamos por ejemplo para combatir la caspa, o pérdida del cabello tendremos que añadir varias gotas al champú y luego aclarar bien la zona.
Si el aceite de orégano es puro, y lo queremos consumir, es muy importante mezclarlo con otro aceite portador, como puede ser el de coco o de oliva. Al ser un aceite puro es muy fuerte y no es conveniente tomarlo nunca solo. Lo mejor es seguir siempre las recomendaciones del fabricante e ir probando primero con una dosis pequeña.
Al igual que si queremos echarlo sobre la piel. En caso de dolores musculares, tratar algún hongo, acné, picaduras, etc, es conveniente empezar con dosis pequeñas y mezclarlo o bien con algún aceite, loción o crema. Y nunca usarlo sobre heridas abiertas.
No se puede usar durante el embarazo.
Podemos añadir unas gotas en un barreño con agua para tratar los hongos de los pies o de las uñas.
Aceite de orégano en cápsulas
Para los que prefieran una manera más sencilla de consumir este increíble aceite existen concentrados en cápsulas. Cada vez más de moda por su manera sencilla y rápida de tomar. Dependiendo del fabricante tendremos que seguir unas indicaciones u otras. Como en cualquier producto nunca excedernos de la dosis máxima recomendada.
Pues hasta aquí por hoy, esperamos que el aceite de orégano os haya parecido tan interesante como a nosotros y os podáis beneficiar de sus fabulosas propiedades.
Un ecosaludo.